Elecciones municipales.

Una vez pasado el día de las elecciones municipales, parece obligado dedicar unas palabras a esta ejercicio de democracia.

Las primeras noticias que yo recuerdo sobre Democracia, datan de finales de los 60, principios de los 70, cuando en clase de historia, en el Instituto Francisco Tárrega, una profesora bastante seria, aunque con el tiempo he comprendido que no era mala persona, sino que más bien se defendía de nosotros con el carácter; nos explicaba la Grecia antigua y con ella la historia de Pericles, que vivió en el siglo V antes de Cristo. La sociedad griega estaba bastante estratificada en clases sociales y solo los ciudadanos podían ejercer el derecho a opinar.



Pericles

Más tarde, Aristóteles, siglo IV antes de Cristo, filósofo muy prolífico, entre sus ideas nos deja la del hombre como “animal político”, según la cual todos necesitamos de los demás para ser felices.



Aristóteles

Nada más lejos de mi intención que dar una lección de historia, para la que no estoy preparado, solo quería exponer algún ejemplo que a todos les sonara para introducir las breves reflexiones que siguen, y que vieran que no estamos hablando de algo nuevo, inventado en nuestra sociedad.

A diferencia de la sociedad ateniense, la nuestra no está tan estratificada, al menos en lo que al derecho a voto se refiere, (podríamos hablar de otras formas de estratificación, pero no es el caso), ya que (casi) todos tienen derecho al mismo, es lo que llamamos: Sufragio Universal, que contemplan todas las democracias del mundo, y que por supuesto tiene sus excepciones (de ahí el casi anterior), en función de la nacionalidad, la minoría de edad, o de las capacidades mentales.

Este Sufragio Universal es un derecho de los españoles, no una obligación, y si bien todos reconocen que, en elecciones, lo importante es votar, igual de lícito es dejar de hacerlo.

Al final entre todo el censo electoral: votantes válidos, en blanco, nulos y abstenciones se configura el mapa político de la sociedad (municipal, autonómico o nacional).

En cualquier caso, si futbolísticamente hablando decimos que en cada aficionado hay un entrenador, porque todos creemos saber más que nadie sobre este tema; también en política podríamos decir que cada ciudadano es un político, ahondando así en la idea de Aristóteles.

Por tanto, cuando se trata de hablar de política, es muy fácil encontrarse con ideas muy enfrentadas que nos harían imposible la convivencia si no fuera por la democracia, en la que la mayoría de ideas convergentes dan lugar a las diferentes líneas de actuación de las muy diversas formaciones políticas. Pero todas ellas tienen algo en común, que es la búsqueda del bien social, y con él la felicidad del individuo que mora en el seno de esta sociedad.

Está claro que tras las elecciones quedan muchos defraudados, al pensar que la formación política que ostentará el poder durante la estrenada legislatura, no cumple con las expectativas esperadas, pero debemos pensar que quizá el resto de votantes pueda tener razón, ya que ha sido una mayoría la qua ha optado por esa decisión; y aceptarla, haciendo todo lo posible para que triunfe, ya que eso redundará en bien para todos. Al final el tiempo dará o quitará razón, pero que no sean las trabas de la oposición las que dificulten que la sociedad siga su curso, en busca de la felicidad.

Ahora solo me queda desear que nuestros políticos, estén en el poder o en la oposición, lo ejerzan con dignidad y honradez y dejemos, de una vez, de oír hablar de corrupción política.