En una nocha mágica el Villarreal se ha impuesto con total solvencia a un Twente que no ha demostrado la posición de honor que ocupa en la liga holandesa.
Los primeros compases del partido no daban pié a pensar lo que el transcurso del mismo nos ha deparado.
El Twente quería controlar el balón para no dejar que el Villarreal esgrimiera sus armas, pero poco a poco las tornas se han cambiado, y cada uno ha ocupado su lugar en el campo.
El Submarino, que ya en otras ocasiones había demostrado que era muy capaz de tocar el balón como nadie, en esta, además, nos ha enseñado que también es capáz de sufrir, correr, presionar y hacer juego directo. Hasta Cani se ha atrevido, de nuevo, a chutar desde lejos, arma que, con la ausencia de Senna, echo a faltar a menudo en nuestro equipo.
Un partido para guarder en la memoria, que deja prácticamente sentenciada la eliminatoria, por lo que salvo debacle, estamos en semifinales.
¡¡Endavant Villarreal!!
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